Para Toyota, este resultado es un bálsamo. Suben a lo más alto del podio por primera vez en dos años y salvan con honor una temporada a todas luces gris y decepcionante. La excepción fue Le Mans, donde la marca estuvo intratable. Sólo un fallo en el motor en los últimos cinco minutos les apartó de la gloria.
La clave de la carrera estuvo en la última parada en pits. Audi era líder en aquel momento por nueve segundos. Loïc Duval paró para repostar gasolina y poner neumáticos nuevos. Toyota se la jugó todo con un Splash&Go. Kamui Kobayashi entró al Pit-Lane pero sólo para poner gasolina. Esos segundos preciosos le han permitido salir en primera posición. A partir de ese momento, ambos han protagonizado una persecución hasta la bandera a cuadros.
En tercera posición llego el Porsche 1 de Mark Webber, quien esta semana ha anunciado que se retirará de la competición cuando termine la temporada. Las 6 horas de Shanghái y de Bahréin serán sus últimas apariciones como piloto profesional. El Toyota 5 ha terminado quinto, justo delante del Porsche 2. El Audi 7 tuvo que abandonar en la fase inicial de la carrera por un fallo en el sistema híbrido del prototipo. El coche estuvo encerrado en boxes durante más de una hora para ser reparado. Volvió a pista, pero los comisarios lo declararon ilegal dado que se había vulnerado la homologación del coche.
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